Enciclopedia

Regalo de cumpleaños. Una historia real.

El Maravilloso Mundo de la Tecnología

Diego F. Craig

Esta breve pero conmovedora historia trata sobre la colección de libros: “El maravilloso mundo de la tecnología”, una “Enciclopedia ilustrada” que marcó mi adolescencia y definió mi trayectoria profesional. Esta obra no solo encendió mi pasión por la tecnología, sino que también, en mi niñez, reforzó mi comprensión lectora y mis capacidades de interpretación de textos (junto a todos los libros de Julio Verne…)

Los libros de Lorenzo Amengual no fueron solo una fuente de información sobre tecnología, sino también una herramienta que estimuló mi pensamiento crítico, mi creatividad y mi curiosidad.

Hoy, al recordar el impacto de estos libros en mi vida, siento una profunda gratitud y un deseo de compartir su valor con las nuevas generaciones. Esta historia es un testimonio de cómo el conocimiento y la inspiración pueden trascender el tiempo y las barreras físicas, y cómo un gesto de agradecimiento puede transformarse en un regalo invaluable para toda una comunidad.

Un poquito de contexto

Lo que viene a continuación son un ida y vuelta de cuatro mensajes por correo electrónico entre Don Lorenzo Amengual (84 años, en BsAs) y yo Diego Craig (54 años, en Corrientes).

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Después de haber perdido hace muchos años en alguna mudanza la hermosa colección de libros que me inició en el mundo de la tecnología, decidí escribirle un correo a su autor/ilustrador principal, LAM, Lorenzo Amengual:

21 jun. 2019 — Diego para Lorenzo

Hola Lorenzo

Haciendo una búsqueda por internet de unos libros, me encuentro con algunos ejemplares de la colección que literalmente “marcó el resto de mi vida”. Cuando tenía 12 años, en 1980, creo haber leído y admirado miles y miles de veces las ilustraciones de “El maravilloso mundo de la tecnología”. Fue una colección de libros que me abrieron la cabeza a todo lo que la tecnología había generado, y sobre todo, a lo que se podría seguir creando.

Hoy en día, tengo 50 años, vivo en la provincia de Corrientes y soy Profesor de Educación Tecnológica y Licenciado en Tecnología Educativa (estimo que en gran medida gracias a aquellos primeros pasos con esos libros).

Simplemente le quiero agradecer por el gran trabajo realizado, que fue algo sumamente significativo en mi vida.

Y la consulta es sobre la colección en sí misma, ¿existe digitalizada completa? Me gustaría recuperarla ya que la perdí en alguna mudanza.

Sin otro particular y reiterando mi agradecimiento más profundo, le saluda muy atte.:

Diego F. Craig

22 jun 2019 — Lorenzo para Diego

Estimado Diego:

No te imaginas la alegría que me dá saber que algo que he hecho sirvió para abrir algún coco. No quedó nada de esa producción, se esfumó la editorial y todos los originales. Si alguna vez andás por Bs Aires avisame tomamos un café y te cuento como pude hacer lo que hice.

Con afecto

Lorenzo

29 ago 2023 — Diego para Lorenzo

Estimado Lorenzo:

Lamento profundamente no haberme comunicado antes, pero la pausa que impuso la pandemia y mis propias actividades me mantuvieron alejado. Siempre tuve presente nuestra conversación y el pesar que sentí cuando supe que se había perdido tan valioso material.

Pero creo que tengo una excelente noticia. Este año me propuse una misión: conseguir toda la colección de “El maravilloso mundo de la tecnología”. Logré conseguir todos los tomos usados y los compré. El tomo 6 lo conseguí nuevo, aún en plástico sellado. inmediatamente me puse a trabajar en digitalizar cada página, para no correr el riesgo de que se vuelvan a perder. Ya tengo disponible toda la colección en formato digitalLe adjunto el enlace para que la pueda descargar: https://bit.ly/enciclotecno

Ahora, con el mayor de los respetos, quisiera pedirle autorización para compartir la colección digitalizada de forma gratuita, y utilizarla como material de estudio. Sé el increíble impacto positivo que pueden tener sus obras en las nuevas generaciones, como lo tuvo conmigo en su momento.

Espero que esta noticia lo llene de alegría, cómo me llenó a mí cuando finalmente pude reunir nuevamente estos libros que cambiaron mi vida. Sería un honor poder compartir su excelente trabajo con los estudiantes e interesados en la Educación Tecnológica.

Quedo a la espera de su respuesta y con muchas ganas de pronto poder tomar ese café en Buenos Aires.

Un gran abrazo, Diego

29 ago 2023 — Lorenzo para Diego

Diego que laburo hiciste!!! Gracias por el regalo mañana 30 de agosto es mi cumpleaños número 84. Quede helado cuando los vi, están muy bien.

De nuevo me declaro impresionado por tu esfuerzo.

29 ago 2023 — Siguió la charla… la familia, los trabajos y… la inteligencia artificial…

La colección queda disponible para quién le resulte de interés en: https://bit.ly/enciclotecno

Y Lorenzo me regaló algunas de sus ilustraciones de científicos:

Ahí termina la historia, pero a continuación les dejo un breve texto que me pasó Lorenzo sobre lo que representó la elaboración de la enciclopedia:

Como se gestó “El maravilloso mundo de la Tecnología”

Por Lorenzo Amengual

1978, yo estaba recién separado con dos hijos chicos, sin trabajo en la prensa masiva, la estaba pasando muy mal, este proyecto me salvó la vida.

En el 5to piso de un viejo edificio de Av. Belgrano y Balcarce, pude armar el estudio-casa-fábrica de historietas, necesario para dibujar los 12 libros de 62 páginas, que forman la colección, es decir 744 páginas a color, en más de dos años de trabajo ininterrumpido e intenso.

Tuve dos ayudantes calificados: Héctor Sanjuliano (Sanyu), un gran dibujante que se iniciaba y «Fachenzo», quien había trabajado con García Ferré, pintando fondos de dibujos animados, disimulando con pericia extrema su problema visual. Trabajaba de colorista y era daltónico. Doy fe: nunca confundió un color. Cuando Carlos Trillo se enteró de esta situación me confesó: «Yo también soy daltónico… Se avivó mi mamá, cuando me vio haciendo una lámina sobre el 25 de mayo para el colegio… Estaba pintando el techo de tejas del cabildo de Buenos Aires de un hermoso color verde».

Dibujábamos los originales grandes, 50 por 45cm, sobre cartulina Schoeller de 300 gr. que debía resistir varios pasos y no pocos maltratos, durante la aplicación del color.

No existía la Macintosh. Steve Jobs era un adolescente entonces.

Coloreábamos con soplete. Un compresor bastante voluminoso nos proveía del aire comprimido que necesitaba el «pincel de aire», el aerógrafo. Debimos instalar agua corriente al lado del tablero, necesaria para lavar el aerógrafo entre los frecuentes cambios de color.

Los dibujos, una vez pasados a tinta china negra, se «enmascaraban» para aplicar el color a los fondos, pegando papeles. Las «máscaras» eran necesarias para bloquear o liberar las zonas que recibirían la tinta. Utilizábamos anilinas a la albúmina, solubles en agua, cuyos pigmentos muy intensos y sumamente transparentes, eran imprescindibles para pintar con aerógrafo.

A la distancia, ver estas páginas me recuerdan varias de mis preocupaciones con los temas tratados en ellas:

Cómo relatar mejor una historia;

Cómo respetar el aspecto y los principios mecánicos de los objetos dibujados;

Veo también, en ciertos gestos corporales de mis personajes, una expresividad exagerada, que me recuerdan un poco, el dibujo de Benito Giacobitti historietista humorístico italiano que aún admiro.

La colección estaba compuesta de varios tomos:

Automóviles — Barcos — Aviones — Trenes — Imprenta — Cine y fotografía — Radio, teléfono y telégrafo — Energía — Combustibles — Computadoras — Conquista del espacio.

Esta historieta fue mi último trabajo sistemático como dibujante. Viaje luego a Nueva York, trabajé para unos meses para CTW, Children’s Television Workshop. Se me abrió un mundo de posibilidades que exigían vivir en USA. Decidí regresar, mi vida profesional y personal rumbeó a otros territorios. Comencé a trabajar como diseñador gráfico, tarea que realice durante 50 años.

¿Y el dibujo? Siguió allí, nunca lo abandoné, pero se hizo secreto, privado, dejó de ser mi voz principal hasta 1999 donde, junto a la escritura, lo retomé, hasta hoy, como actividad central ocho o diez horas diarias.

Lorenzo Amengual — LAM

La historia se expande

Transcribo a continuación el mensaje recibido de José Luis Corona, desde México:

Hola Diego! Soy José Luis. Te escribo desde México para agradecerte la digitalización de la enciclopedia “El Maravilloso Mundo de la Tecnología” y las líneas que nos compartes de tu carta con LAM.
Para mi esta enciclopedia representa mucho, le tengo mucho aprecio pues cuando era niño mis padres me compraban los tomos cada mes en los puestos de revistas. Hoy mi padre ya no vive, se fue hace tres años, y cada de que miro la enciclopedia lo recuerdo con cariño.
leerlo en la oficina. Recién hace un par de días soñé que estaba dentro de una librería buscando algunos libros, pero a mi alrededor había varios tomos dispersos de “El Maravilloso Mundo de la Tecnología” con diferentes portadas a las que yo conozco. Me quería quedar con todos ellos. Fue una emoción indescriptible.
En fin, nuevamente muchas gracias por esta gran contribución y hacernos saber que LAM está vivo. ¡Recibe un fuerte abrazo desde Atizapán, Estado de México!

A continuación un conjunto de imágenes de la edición mexicana: